La fidelidad
La fidelidad es una virtud que va más allá de la honestidad con una pareja. Es una propiedad de nuestra parte más trascendente (nuestra alma, para los que creen en ello) y es una de las manifestaciones del amor. Es una manifestación del amor a uno mismo, del amor al universo y del amor a todo lo que nos rodea y a la vida.
Una vida feliz no puede estar exenta de fidelidad, porque la fidelidad es un himno al amor propio, a la honestidad y a la imagen que tenemos de nosotros mismos. La fidelidad es la corona de oro que enorgullece nuestras decisiones y nuestro libre albedrío.
Todo engaño es una mancha que hacemos a nuestro amor propio, porque después de caer en ello, empezamos a tener un concepto de nosotros mismos como seres engañosos que tenemos que ocultar cosas para seguir recibiendo el amor de otros.
Si mentimos es porque tenemos miedo a perder el amor de otros, por eso recurrimos a la mentira. Es por debilidad que mentimos, por miedo. Y mentir por debilidades no tiene mucho de bueno para nuestro auto concepto.
Debería darnos lástima de nosotros mismos si caemos en esta debilidad, y no hacer el menor esfuerzo por fortalecernos. Es mejor fortalecer nuestro espíritu que armar complicados artilugios para justificar nuestra debilidad.
Tenemos que hacer honor a nuestras decisiones, cualquiera sea, y ser fieles a ellas todo el tiempo que nos parezca necesario, mientras esas decisiones nos traigan provecho y felicidad.
Si tenemos el suficiente amor para querernos a nosotros mismos, también gozamos de energía para amar a los otros. Y el amor siempre devuelve sus frutos, porque el que siembra amor, cosecha felicidad. Y como dije al principio el amor y la fidelidad son virtudes correlativas. Entonces la fidelidad nos hace felices.
Es cierto que uno toma una decisión en un momento determinado y las cosas pueden cambiar, entonces es probable que tengamos que tomar nuevas decisiones. Tomar decisiones paralelas y contradictorias puede violar el precepto de fidelidad a alguna de esas decisiones. Y eso se manifiesta como pérdida de felicidad.
El tema de las parejas es tal vez un caso particular muy interesante de cómo se plantea la fidelidad.
¿Porqué nos juntamos en parejas?
Puede haber muchas respuestas, pero la respuesta final es simple: "nos juntamos para hacernos felices".
Si no se cumple esta premisa numero uno, es signo de que tenemos que cambiar. Y ese cambio puede ser cambiar nuestra forma de ser para transformar la infelicidad en felicidad o bien cambiar de pareja. Pero por dignidad, considero que hay que plantear los cambios con sinceridad y si no se logran los cambios esperados, entonces proponer una separación y una nueva búsqueda de la felicidad con otra persona o bien considerar que en soledad se puede lograr una felicidad aceptable.
Pero hay que ser muy cuidadoso con las decisiones que uno toma, porque de cada una de ellas depende el futuro de muchas nuevas decisiones que tendremos que tomar. Y algunos caminos llevan hacia caminos virtuosos y otros hacia los tenebrosos en donde demás está decir, abunda el sufrimiento y la carencia o vacío de amor.
Para los que no creen en que las virtudes tengan valor en la vida de una persona (y solo piensen en su "beneficio" particular) , también podemos analizar el tema desde la lógica teniendo en cuenta lo que nos conviene o no.
Teniendo la posibilidad de ser libres en nuestras decisiones, y utilizar ese libre albedrío: ¿qué nos conviene más?:
a)- Ser veraces en nuestros actos, firmes, y decididos, en donde las consecuencias de nuestras acciones sean (y así las aceptemos con buena disposición) nuestra propia responsabilidad, sin tener que ocultar nada a nadie y liberar la conciencia y actos de ocultamientos y creaciones imaginarias para sustentarlas.
b)- Ocultar nuestras acciones, temer ser descubierto, tener que inventar historias y recordarlas para no caer en errores y saber que pueden descubrirnos y hacernos pasar un momento desagradable. Todos signos de debilidad y de no haber sido certeros en su momento con nuestras decisiones.
Desde la lógica de la energía, se podría decir que nos consumiría menos energía tomar las decisiones apropiadas en el momento correcto y luego dejar que las cosas sucedan y no estar luchando por que el rumbo sea controlado por nosotros con grandes gastos de conciencia y voluntad.
Desde el punto de vista de la psicología, volvemos al inicio con el tema de la autoestima. No es lo mismo para nuestro aprecio o amor propio el manejar ocultamientos e historias irreales que la veracidad. Es mejor ser fiel a nuestras ideas y elecciones que traicionarlas. Es matemático, y es real. Una cosa perjudica y la otra beneficia.
Desde la energía y desde la psicología, en este pequeño esbozo, vemos que la infidelidad no nos beneficia. Tampoco nos beneficia espiritualmente para los que creen en algo más. En definitiva caemos en errores de cálculo con su consiguiente gasto de energía, y conciencia, al apostar por la infidelidad a nuestras ideas, a nuestras decisiones, y a nuestras promesas con nuestros semejantes.
Si algo tiene tantos perjuicios es mejor no hacerlo no???
Lic. Alejandro Giosa
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