
En lugar de sugerir formas de vida después de la muerte, les propongo solo creer una cosa (axioma no evidente) y usarlo para experimentar si es posible algo (mejor) después de la muerte. Esa idea que pido creer es en un “mundo feliz” o mundo platónico.
Los obstáculos
Siempre imaginamos que el “cielo” es una especie de paraíso en donde no hay sufrimiento y todo es fácil y placentero.
Esta idea está presente en todas las religiones y en la idea básica de un posible “mundo feliz” ya que de algún modo u otro, alguna vez vivimos alguna situación feliz en este mundo y sin dudarlo queremos que ese tipo de experiencia sea permanente.
Pero la realidad es que para lograr ese estado tan ansiado, hay muchos “obstáculos”.
Son esos obstáculos que van haciendo todo más tedioso y desagradable.
Entonces la meta que queremos lograr en la vida es deshacernos de esos obstáculos con el fin de que nuestra vida sea más agradable.
¿Qué hacemos con los obstáculos?
Podría ser una opción tratar de resolverlos por vía material, es decir utilizando la física tradicional: acción y reacción. Este proceso lleva energía y esfuerzo aplicado a resolver la causa que provoca el impedimento. Solemos usar esta opción en la vida diaria.
Otra opción si partimos de la base que existe un mundo “platónico” podría ser conectarse con la fuente de toda felicidad, es decir con el mundo espiritual, con el paraíso, donde el “nivel vibratorio” no permite la existencia de obstáculos.
Si nos conectamos con ese paraíso y traemos a este mundo sus vibraciones, los obstáculos ya no son posibles, es decir que o bien se resuelven o no se presentan más.
Para hacer esto tenemos que concentrarnos y meditar en este mundo “feliz” y tratar de vivenciarlo lo mejor posible. (intente la experiencia)
Los errores que generan obstáculos son solo errores
A veces pensamos que la maldad existe. Pero no es así, no existe el mal, solo existen errores de cálculo.
Alguien actúa pensando solo en él y eso afecta a otros, es un error de cálculo, cometen el error de haber perdido de vista nuestra misión como hombres. Si hubiese sabido “la verdad más grande de todas” y actuado de acuerdo a esa verdad y la “visión” que se genera con ese conocimiento, el hombre sería incapaz de actuar en contra de otros porque se daría cuenta que se está perjudicando tarde o temprano él mismo. Toda acción que no sea pensada en beneficio de todos, tarde o temprano nos afecta. Esa sería la “verdad más grande de todas” hoy descubierta popularmente como “ecología”
El arte de vivir bien es el de pensar bien como primer medida.
Trascender los obstáculos es haber aprendido a pensar bien, y eso significa pensar antes de actuar y estar conectado con el mundo espiritual. Pensar “ecológicamente”
El pensamiento atrae emociones, y circunstancias
La mayoría de las veces nadie niega que el pensamiento atrae emociones, lo que es tal vez más difícil de darse cuenta es que el pensamiento también atrae circunstancias, es decir situaciones o bien obstáculos.
Pensar siempre en positivo, en cosas elevadas y agradables, desear el bien de todos los que nos rodean es la mejor vacuna que podemos darnos contra los obstáculos de la vida que la transforman en infeliz. (también intente esta experiencia)
Un obstáculo es un obstáculo porque nosotros lo “etiquetamos” de esa forma
Tampoco es cuestión de quejarse de todo lo que implica una molestia física estamos en el mundo físico y eso implica ciertas “densidades” que son inevitables. Comer es inevitable, caminar, asearse, procurarse lo necesario para vivir, es inevitable, es un trabajo, y es sin duda un obstáculo. ¿Qué importancia le damos a ese obstáculo? Ahí está la clave.
Preocuparse por los obstáculos es entregar la felicidad.
Si nos preocupamos por eso que dificulta nuestro transitar por el mundo y generamos emociones hacia ellas, seguro que también generamos situaciones semejantes. Lo lamentable es no darse cuenta que el pensamiento más la emoción genera como resultado la atracción de situaciones semejantes a las precedentes.
Creo que vivir la vida de este modo y comprobar que ésta mejora y somos más felices, sería, a mi modo de ver, que realmente existe una vida después de la muerte, ya que con solo pensar en ella (el paraíso) lo estamos atrayendo a este mundo, y “contagiando” con sus vibraciones. Nada de lo que digo como fórmula para realizar es demasiado sobrenatural, ya que emplea atributos que usamos todos los días: pensar, meditar, sentir, vivenciar, etc. ¿Está usted dispuesto a experimentar la “vida después de la muerte”? ¿Se anima?. Si su vida mejora después de este “contacto sobrenatural” podría empezar a creer que es posible una vida mejor después de la muerte.....
Lic. Alejandro Giosa
Los obstáculos
Siempre imaginamos que el “cielo” es una especie de paraíso en donde no hay sufrimiento y todo es fácil y placentero.
Esta idea está presente en todas las religiones y en la idea básica de un posible “mundo feliz” ya que de algún modo u otro, alguna vez vivimos alguna situación feliz en este mundo y sin dudarlo queremos que ese tipo de experiencia sea permanente.
Pero la realidad es que para lograr ese estado tan ansiado, hay muchos “obstáculos”.
Son esos obstáculos que van haciendo todo más tedioso y desagradable.
Entonces la meta que queremos lograr en la vida es deshacernos de esos obstáculos con el fin de que nuestra vida sea más agradable.
¿Qué hacemos con los obstáculos?
Podría ser una opción tratar de resolverlos por vía material, es decir utilizando la física tradicional: acción y reacción. Este proceso lleva energía y esfuerzo aplicado a resolver la causa que provoca el impedimento. Solemos usar esta opción en la vida diaria.
Otra opción si partimos de la base que existe un mundo “platónico” podría ser conectarse con la fuente de toda felicidad, es decir con el mundo espiritual, con el paraíso, donde el “nivel vibratorio” no permite la existencia de obstáculos.
Si nos conectamos con ese paraíso y traemos a este mundo sus vibraciones, los obstáculos ya no son posibles, es decir que o bien se resuelven o no se presentan más.
Para hacer esto tenemos que concentrarnos y meditar en este mundo “feliz” y tratar de vivenciarlo lo mejor posible. (intente la experiencia)
Los errores que generan obstáculos son solo errores
A veces pensamos que la maldad existe. Pero no es así, no existe el mal, solo existen errores de cálculo.
Alguien actúa pensando solo en él y eso afecta a otros, es un error de cálculo, cometen el error de haber perdido de vista nuestra misión como hombres. Si hubiese sabido “la verdad más grande de todas” y actuado de acuerdo a esa verdad y la “visión” que se genera con ese conocimiento, el hombre sería incapaz de actuar en contra de otros porque se daría cuenta que se está perjudicando tarde o temprano él mismo. Toda acción que no sea pensada en beneficio de todos, tarde o temprano nos afecta. Esa sería la “verdad más grande de todas” hoy descubierta popularmente como “ecología”
El arte de vivir bien es el de pensar bien como primer medida.
Trascender los obstáculos es haber aprendido a pensar bien, y eso significa pensar antes de actuar y estar conectado con el mundo espiritual. Pensar “ecológicamente”
El pensamiento atrae emociones, y circunstancias
La mayoría de las veces nadie niega que el pensamiento atrae emociones, lo que es tal vez más difícil de darse cuenta es que el pensamiento también atrae circunstancias, es decir situaciones o bien obstáculos.
Pensar siempre en positivo, en cosas elevadas y agradables, desear el bien de todos los que nos rodean es la mejor vacuna que podemos darnos contra los obstáculos de la vida que la transforman en infeliz. (también intente esta experiencia)
Un obstáculo es un obstáculo porque nosotros lo “etiquetamos” de esa forma
Tampoco es cuestión de quejarse de todo lo que implica una molestia física estamos en el mundo físico y eso implica ciertas “densidades” que son inevitables. Comer es inevitable, caminar, asearse, procurarse lo necesario para vivir, es inevitable, es un trabajo, y es sin duda un obstáculo. ¿Qué importancia le damos a ese obstáculo? Ahí está la clave.
Preocuparse por los obstáculos es entregar la felicidad.
Si nos preocupamos por eso que dificulta nuestro transitar por el mundo y generamos emociones hacia ellas, seguro que también generamos situaciones semejantes. Lo lamentable es no darse cuenta que el pensamiento más la emoción genera como resultado la atracción de situaciones semejantes a las precedentes.
Creo que vivir la vida de este modo y comprobar que ésta mejora y somos más felices, sería, a mi modo de ver, que realmente existe una vida después de la muerte, ya que con solo pensar en ella (el paraíso) lo estamos atrayendo a este mundo, y “contagiando” con sus vibraciones. Nada de lo que digo como fórmula para realizar es demasiado sobrenatural, ya que emplea atributos que usamos todos los días: pensar, meditar, sentir, vivenciar, etc. ¿Está usted dispuesto a experimentar la “vida después de la muerte”? ¿Se anima?. Si su vida mejora después de este “contacto sobrenatural” podría empezar a creer que es posible una vida mejor después de la muerte.....
Lic. Alejandro Giosa
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